Rasgos de nuestra Nacionalidad.
160
años del Incidente de la Tajada de Sandía
El 15 de abril de 1856, sucedió en la ciudad de Panamá el incidente de la Tajada de Sandía. Este hecho histórico se produjo por el enfrentamiento entre los panameños y norteamericanos. Este incidente se escenificó en la llamada Ciénaga, lugar donde hoy se encuentra, la plaza cinco de Mayo.
Para esa fecha en las ciudades terminales de Panamá y Colón desembarcaron
norteamericanos que se trasladaban vía ferrocarril hacia las minas de oro de
California.
Ese día Manuel Luna, oriundo de Parita se dedicaba
a vender sandías cerca de la estación del ferrocarril. Sucedió, entonces, que un norteamericano Jack Oliver, se acercó al puesto de venta frutas, tomó un pedazo de sandía y posteriormente tiró al suelo el resto de la sandía.
Ese día Manuel Luna, oriundo de Parita se dedicaba
a vender sandías cerca de la estación del ferrocarril. Sucedió, entonces, que un norteamericano Jack Oliver, se acercó al puesto de venta frutas, tomó un pedazo de sandía y posteriormente tiró al suelo el resto de la sandía.
Manuel
Luna, le solicitó el pago de un real.
El norteamericano se negó a pagarla, incluso amenazó con dispararle si continuaba con la exigencia. En respuesta, Manuel Luna le dijo que él tenía un puñal para defenderse. Pero, en ese instante, intervino un peruano Miguel Abraham, y el norteamericano acompañante de Oliver,
pagó el real.
Todo parecía que terminaría en esos términos.
Sin embargo, cuando Abraham regresó a su puesto de venta, el norteamericano tomó la pistola y le disparó. Esto provocó un enfrentamiento de panameños y norteamericanos.
El norteamericano se negó a pagarla, incluso amenazó con dispararle si continuaba con la exigencia. En respuesta, Manuel Luna le dijo que él tenía un puñal para defenderse. Pero, en ese instante, intervino un peruano Miguel Abraham, y el norteamericano acompañante de Oliver,
pagó el real.
Todo parecía que terminaría en esos términos.
Sin embargo, cuando Abraham regresó a su puesto de venta, el norteamericano tomó la pistola y le disparó. Esto provocó un enfrentamiento de panameños y norteamericanos.
El grupo de Oliver se apertrechó en el Ocean Hotel y el Pacífic House,
donde empezaron a disparar contra el grupo de ciudadanos panameños que se
encontraban desarmados. La resistencia de Oliver era furiosa, tal es el
caso que, al apersonarse el Gobernador del Estado Francisco
Fábrega, el cónsul Norteamericano Thomas W. Ward y Pedro
de Obarrio, fueron recibidos a tiros por los extranjeros.
El
Gobernador dio órdenes de tomarse la estación del ferrocarril para
sofocar el motín.
Las
autoridades panameñas realizaron las investigaciones de rigor, y el juez
del crimen Buenaventura Correoso,
al tenor de las declaraciones de testigos presenciales de los hechos determinó que los panameños no fueron responsables de los actos de violencia. A pesar de los testimonios recibidos, el Ministro norteamericano
Sr. Browlig negó el alegato de testigo. Situación que, según los propios cónsules de Francia, Inglaterra y Perú,
la responsabilidad del ataque recayó contra los norteamericanos. Thomas W. Waed cónsul de los Estados Unidos, insistió en realizar sus propia investigaciones, y luego se las entregó a James Browling, quien las remitió a Nueva Granada (Colombia). Esta última no aceptó las exigencias y los Estados Unidos respondieron con un pliego de exigencias, las cuales señalaban que se erigieran dos municipalidades independientes y neutrales en las ciudades de Panamá y Colón, con la extensión de diez millas y que se deberían resarcir los daños ocasionados.
al tenor de las declaraciones de testigos presenciales de los hechos determinó que los panameños no fueron responsables de los actos de violencia. A pesar de los testimonios recibidos, el Ministro norteamericano
Sr. Browlig negó el alegato de testigo. Situación que, según los propios cónsules de Francia, Inglaterra y Perú,
la responsabilidad del ataque recayó contra los norteamericanos. Thomas W. Waed cónsul de los Estados Unidos, insistió en realizar sus propia investigaciones, y luego se las entregó a James Browling, quien las remitió a Nueva Granada (Colombia). Esta última no aceptó las exigencias y los Estados Unidos respondieron con un pliego de exigencias, las cuales señalaban que se erigieran dos municipalidades independientes y neutrales en las ciudades de Panamá y Colón, con la extensión de diez millas y que se deberían resarcir los daños ocasionados.
Finalmente
se impuso el Tratado Herrán Cass donde Nueva Granada
pagaría una indemnización de B/.584 con 63 centavos. Luego de
cumplirse las exigencias antes citadas los daños ocasionados a los
panameños quedaron en el olvido.
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